Wednesday, June 23, 2010

Crónicas del Amor y Otras Tragedias...

Ok, aquí les dejo un freebie de mi primer libro... espero les guste y me den feedback!!


Primera Historia

Pedro es un muchacho de 16 años y es alegre, divertido, un poco torpe, y medianamente atractivo… Cualquiera que lo viera desde afuera diría que este muchacho no tiene mayores problemas, ya que es un buen alumno, participa de diversos clubes en su escuela, y tiene cierta atracción con las chicas, sin embargo Pedro siente que algo no encaja en su vida…

Pedro siempre ha tenido una amiga, Nadia, a quien admira e idolatra desde que tiene memoria… Incluso siente que él sin ella no puede vivir, que ella es una parte importante de su vida… Han compartido más de 10 años juntos, y la verdad es que han creado una hermosa amistad. Salidas al cine, hacer un picnic con frutas en un parque, diversas actividades. Nadia claramente lo ve como a un hermano, sin tener un interés amoroso en él, pero Pedro está en ese período de revoluciones hormonales en donde muchos sentimientos se confunden, se mezclan y no nos dejan pensar con claridad… O como lo verían algunos, con la mayor claridad del mundo.

Pedro estaba inmerso en esos pensamientos un martes en la mañana, cuando suena su teléfono…

- Hola Pedro! ¿Cómo estás hoy?

- Hola!... Nadia! ¿Cómo estás? Bah, me preguntaste primero… yo muy bien y tú?

- Pues muy bien! ¿Vas al cole?

- Sí, de hecho iba de salida

- ¿Quieres caminar conmigo?

Un silencio al otro lado de la línea por dos segundos se sintió, el corazón de Pedro empezó a latir con más fuerza… En los años en que se conocían, Nadia había pedido sólo dos veces para caminar con él durante la mañana, fueron esas dos veces en las cuales se escaparon del colegio y pasaron tardes de risas y coca-cola en un parque cercano.

- Claro… ¿Dónde nos encontramos?

- ¡En el mismo lugar de siempre!

- Muy bien, nos vemos en 15 min…

- Ok, besos, ¡byeee!

Nadia no tardó en colgar el teléfono. Como la conocía bastante bien, probablemente estaba guardando ropa en su mochila para cambiarse y no estar con el uniforme colegial, así que decidió hacer lo mismo. 5 minutos… 10 minutos… Se puso nervioso y salió de casa casi corriendo, aunque sabía que Nadia no llegaría antes de los 25 minutos…

Corrió por la acera hasta la plaza de la siguiente cuadra, sabía que habían unos juegos allí, juegos en los cuales más recuerdos le asaltaron la mente. Más sentimientos. Sentía que el corazón le saldría por la boca, pero tenía que actuar de manera relajada, así que decidió patear unas cuantas piedras. 15 minutos… 20 minutos… la conocía demasiado bien. 25 minutos, y una figura pequeña, de cabellos lacios y castaños, apareció dando la vuelta a la cuadra. Reconoció la figura inmediatamente, podría encontrarla donde fuera, incluso en un estadio decía él. Claro que su ego de adolescente todo lo aguantaba. Se acercó con su aire de niña coqueta, de juguetona, de mujer… Pedro no podía sacársela de la cabeza, y ahora menos, tenía mil y un pensamientos de futuros, de posibilidades.

- ¡Hola! ¿Cómo estás?

Se acercó, y le dio un beso en la mejilla, y un abrazo rodeando sus brazos por el cuello. Pedro estaba nervioso, y se le notaba. Tenía que dejar de pensar en estupideces

- ¡Hola! ¡Te ves bien hoy!

- ¡Muchas gracias! ¿Caminamos?

Esto no estaba en los planes de Pedro… Nadia estaba decidida a ir a clases, y Pedro había imaginado un día más de risas y juegos… Más que juegos, de intentar acercarse a ella. Estaba inmerso en sus pensamientos cuando Nadia lo interrumpió

- La verdad es que quería caminar contigo para pedirte algo…

Los ojos de Pedro se agrandaron, ¿sería lo que estaba esperando hace tanto tiempo?

- Quiero que me acompañes el fin de semana a la playa. Mis papás no van a ir y quiero ir a disfrutar el sol un poco…

Su corazón palpitaba más fuerte… ¿Un fin de semana solos? ¿Será posible que…?

- ¡Pero claro que sí, Nadia! Tengo que avisar en mi casa, ¡pero no habría problemas!

Tengo que controlarme – Pensó – ¡No puede darse cuenta que estoy tan entusiasmado!

Continuaron el camino a clases, llegaron a sus respectivas salas, y el día concluyó como cualquier otro. Pedro, llegando a casa, pensó en mil y una maneras de cómo pasarlo bien el fin de semana. Pensó en chocolates… Pensó en masajes… Pensó en alcohol… Pensó incluso en crema chantillí… Pero inmediatamente borró esa imagen de su cabeza

Debo dejar de mirar tantas películas pornográficas… No creo que sean muy buenos ejemplos…

Poco sabía Pedro de la vida sexual… Su único intento había terminado desastrosamente porque su hermano menor había entrado en su habitación, y lo vio bastante ‘acaramelado’, en palabras del propio hermano, con una compañera de volleyball. Después de eso no volvieron a hablar de eso, ni intentarlo nuevamente…

3 comments:

lavalevarela said...

Jajaja, bien chiquillo...

El principio, un poco lento (puedes inyectarle más sarcasmos), bastante normal...

Los diálogos, bien verosímiles, como que podríamos ser los dos hablando. Son muy tú, me acordé altiro de una profe que me enseñó que ningún escritor puede no ser un poco autobiógrafo...

AMÉ la ligereza, el coloquio de Pedro con su interior, explota más eso, porque no es muy frecuente leer relatos en que el hombre ponga esas reacciones en tal transparencia.

Esperaré ansiosa una nueva entrega!!

Monyi said...

Me gusto mucho
Es una historia llena de emociones, de esas que te hacen sentir mariposas en el estómago.
Me pareció muy gracioso los pensamientos de Pedro, ya que son cosas que los hombres piensan a menudo pero muy pocas veces lo reconocen.
Me gusta.. dale pa adelante con tu libro..
Saludos!!!
Estaré a la espera del ansiado fin de semana de Pedro jaja.

Dino G. Salinas said...

Buena la historia y una narración muy limpia. Logra que uno empatice con las ansiedades y padecimientos de Pedro. Lo pasé bien leyéndola y quedé con ganas de saber más (Leí la versión publicada en facebook, más extensa).
Felicidades por tu proyecto.